miércoles, abril 25, 2012

Para nuestros pequeños

Decálogo para leer en casa

1- Háblame todo el tiempo, cuando jugás conmigo, cunado vamos de compras o cuando vas por toda la casa haciendo miles de cosas. Escuchá mis preguntas. Las hago porque para mí son importantes. Además, soy curioso y es la única forma que tengo de aprender palabras y cosas nuevas.
2- Leéme cuentos  en la noche o durante la siesta. Todas las noches, no algunas solas, y mejor  que sea antes que me vaya a dormir. de esta manera me ayudás a que en mis sueños pasen cosas maravillosas.  Pero sé bueno, deáme a mí elegir la historia. Yo sé qué me gusta.
3- No te pongas a leer sólo cuando yo me voy a dormir. A mí no me molesta si leés cuando estoy despierto,mientras yo pinto o juego.Si sólo leés cuando yo me voy a dormir, yo creo que vos no leés nunca, y entonces, ¿por qué voy a pensar que leer es importante?
4- Pedile a los chicos más grandes que me lean cuando vos no estás. A ellos también les hace bien leer. Además, yo sé que les gusta. ¿No viste cómo fanfarroneaban con eso los  otros días?
5- Vayamos a la biblioteca el fín de semana. En el cole me dijeron que ahí había muchas cosas muy lindas para los chicos. Y seguro que me prestan algún libro para traerme a casa.
6- Dame libros que me interesen. A mí me gustan los autos, las historietas de espionaje, los perritos y los fantasmas. ¿Es que acaso nadie escribe sobre eso?
7- Poné libros y revistas cerca mío. ¿Cómo voy a leer a cada rato,si encontrar un libro o una revista en casa es más difícil que encontrar caramelos? ¿Viste que el cartón de leche dice un montón de cosasal costado? Y  en la calle,¿viste que hay un millón de carteles con letras?Eso, ¿no es leer, también?
8- Pero también vayamos a pasear juntos. Tampoco vas a pretender que me pase el día leyendo. Pasear me gusta. ¿Sabés la cantidad de cosas que hay para ver afuera?
9- A  veces me pregunto si vos no sabés rimas y versos. Tampoco conocés alguna canción? A mí me encanta cantar. Ya sé que desafino... pero me divierte tanto.
10- Contáme historias de los abuelos y de los tíos. Me encanta saber qué hacían cuando eran chiquitos como yo. Y dale, ¿les pedís que ellos también me cuenten historias? Además, podemos escribirlas juntos y hasta puedo contarte algunas yo. Te imaginás cuando dentro de un tiempo las leamos juntos nuevamente

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